lunes, 2 de noviembre de 2009

UNA REFORMA POLITICA A MEDIDA

por Jorge R. Enríquez (*)


El gobierno nacional, por boca del Ministro del Interior, se acaba de mostrar ofendido por el rechazo de la oposición a la invitación que se le había cursado para asistir a la presentación por parte de la Presidenta del proyecto de reforma política.

Florencio Randazzo expresó que esa actitud era "una falta de respeto" y que "no contribuía al cumplimiento de los objetivos".

Es una suerte que sea así, ya que a nadie se le escapa que esta y todas las leyes que frenéticamente quiere aprobar el gobierno en tiempo récord, antes del 10 de diciembre, tienen un objetivo claro e inequívoco: la perpetuación en el poder de Néstor Kirchner.

De modo que cualquier acción que no contribuya a ese objetivo debe ser aplaudida.

Lo que no deja de asombrar es que el gobierno pueda sentirse molesto por la falta de aceptación del convite formulado, y menos que lo considere una falta de respeto.

La falta de respeto, el gesto ofensivo, casi humillante, es el de la propia invitación. ¿A qué se convoca a los dirigentes opositores? ¿A hacer de claque de la señora Fernández?

Ya cuenta para ello con un elenco estable -de gobernadores a empresarios, sindicalistas y los pseudos intelectuales de la “Carta Abierta”-, al que tienen domesticado con el manejo de los recursos.

¿Cómo iban a concurrir los líderes de la oposición a un acto netamente oficialista, con relación a un proyecto cuyo contenido ignoran y que fue elaborado unilateralmente por el mismísimo Néstor Kirchner?

La invitación era, entonces, o bien un acto de la más grosera hostilidad, o una muestra de irrealidad surgida al calor del microclima de Olivos.

Elisa Carrió fue la primera en contestar que no iba, mediante un texto durísimo. Otros usaron palabras menos destempladas, pero convergentes en cuanto al carácter farsesco de la convocatoria.

Esta vez, el gobierno deberá esforzarse mucho para que su iniciativa prospere.
En primer lugar, queda poco tiempo. El 30 de noviembre expira el período ordinario de sesiones. El gobierno podría prorrogarlo hasta el 9 de diciembre. Es difícil que convoque a sesiones extraordinarias, porque estas continuarían con la nueva composición del Congreso.

Por lo demás, algunos aliados del gobierno en otras leyes aprobadas recientemente han manifestado sus reparos respecto de este proyecto, que perjudica a los partidos chicos. En cuanto a la UCR, que podría beneficiarse en algunos aspectos por su carácter de fuerza tradicional, de amplio arraigo en todo el país, difícilmente pague el precio político de aparecer “pegada” a lo que el destacado periodista Carlos Pagni en “La Nación” denominó la oferta de un "Pacto de Olivos II".

En esas condiciones, considerando que este proyecto requiere de una mayoría calificada, o sea, absoluta de los miembros de cada cámara, no parecen dadas las condiciones para su aprobación.

Por otra parte, no se advierte la urgencia de debatir una reforma política, que no es el problema más acuciante que tenemos los argentinos, puesto que hay otras prioridades como combatir la pobreza lacerante que asciende al 40 %, terminar con la mortalidad y la desnutrición infantil, mejorar los niveles educativos, generar puestos trabajos, promover una justa distribución de la riqueza, fomentar la inversión productiva, establecer un régimen de coparticipación federal, atacar la inseguridad, todos temas que contribuirían a terminar con el sometimiento al prebendarismo electoral;
Por lo demás el análisis del proyecto presentado en sociedad adolece de severas objeciones:

1. Es fruto de una imposición y no de un consenso de todas las fuerzas políticas, como debiera ameritarlo una reforma de esta trascendencia.

2. Las internas abiertas, simultáneas, obligatorias, vinculantes y aplicables aún a los partidos que tengan una sola lista conculcan la libertad de elegir que tiene toda persona a participar o no en la vida interna de un partido político, no resultando saludable que un afiliado de un partido pueda votar en la interna del otro.

3. Pone en cabeza del Poder Ejecutivo todo lo atinente a la confección de los padrones electorales, así como a la organización, control, y escrutinio de los comicios, cuando ello debiera estar a cargo de una Justicia electoral absolutamente independiente del poder político.

4. Mientras que los partidos sólo tendrán recursos limitados ya que sólo se financiarán con fondos y las empresas no podrán efectuar aportes privados hacia ellos, el partido oficialista, a través del Gobierno dispondrá de todo el dinero del presupuesto estatal para hacer propaganda electoral y así, durante las campañas electorales, realizará todo tipo de actos en tal sentido, desde la inauguración de obras hasta la entrega de planes sociales.

5. Si bien concluye con el “dedazo”, al cual ha sido tan adicto este gobierno, no termina con la tenebrosa lista “sábana” o lista “arrastre”.

6. Nada se dice de un aspecto esencial que debe contemplar una reforma política si aspira a consagrar la transparencia electoral. Me refiero a la boleta única o al voto electrónico, cuya adopción extendería la partida de defunción a todo tipo de prácticas delictivas (voto cadena, sustracción de boletas) o clientelísticas (necesidad de ejércitos de fiscales alimentados con prebendas de toda índole).
Finalmente resulta llamativo que Kirchner se preocupe ahora por consolidar partidos fuertes, cuando durante 6 años no hizo más que debilitarlos.


Elecciones orientales
Los argentinos estamos siguiendo con interés las elecciones en el Uruguay.
Se trata del país con el que tenemos mayores vínculos históricos y culturales. El azar de la historia determinó que fuéramos dos países distintos, pero subyace a ambos una identidad común.

Sin embargo, son muchas las lecciones que de este lado del Plata podemos extraer de nuestros hermanos orientales.

El proceso electoral se desarrolló con toda tranquilidad, con gran fervor cívico, pero sin ningún tipo de actos de violencia. Muy por el contrario, era común que en los distintos pueblos hubiera actos de partidos opositores a metros de distancia, sin ningún incidente.

No ha habido agravios personales. Las ideas de Mugica y Lacalle son muy distintas, pero los debates se plantearon precisamente en ese terreno, el de las ideas.
Hay en el Uruguay un respeto a las instituciones que entre nosotros se extraña cada vez más.

Tabaré Vázquez se retira de la presidencia con un alto índice de imagen positiva. No obstante, no procuró mantenerse en el poder luego de cumplido su primer período.
No se alteraron las reglas durante el proceso electoral, como se hizo en la Argentina este año, primero modificando el Código Electoral para adelantar las elecciones y más tarde poniendo en práctica las burdas candidaturas testimoniales.

El próximo 29 de noviembre será la segunda vuelta. José Mujica tiene altas probabilidades de alcanzar la presidencia, ya que obtuvo el 48,16%. Es casi seguro que el 100% de los que lo votaron en primera vuelta lo votarán en la segunda.

Por su lado, los partidos tradicionales unidos -el Blanco, segundo con Luis Lacalle, que alcanzó el 28,94 %, y el Colorado, tercero con Pedro Bordaberry, depositario del 16,7%- llegan a una cifra algo menor, con la desventaja para ellos de que puede afirmarse que necesariamente el 100% de los votos de ambos deben ir a Lacalle.

Antiguas rivalidades entre blancos y colorados podrían inducir a una parte de estos últimos a votar al Frente Amplio o a no votar. Los colorados más inclinados a posiciones de centro izquierda podrían no sentirse del todo cómodos con un voto a un candidato como Lacalle, más conservador.

Pero son todas meras especulaciones. Lo cierto es que una vez más el Uruguay nos da una lección de civismo, como también lo fue el voto del plebiscito en el que la propuesta del Frente Amplio de anular la amnistía contenida en la norma que determinaba la caducidad de la pretensión punitiva del Estado por los delitos cometidos en el marco de la lucha antisubversiva no obtuvo la mayoría necesaria como para convertirse en ley, como tampoco la iniciativa de ese sector de permitir el voto a los no residentes.

Queda, entonces, aún venciendo José Mujica, un escenario de paridad, sin hegemonismos, sin excesivos personalismos, sin violencia y con renovado respeto por las instituciones.

(*) El autor es abogado y periodista
Viernes 30 de octubre de 2009
jrenriquez2000@gmail.com

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